Al principio para la realización del secado de los embutidos, se utilizaban elementos naturales como los vientos y el clima propio de cada zona, por tal razón las fábricas normalmente siempre se encontraban en zonas altas y montañosas, donde el clima fresco y el viento predominaban, entonces por intermedio de ventanas que se abrían y cerraban, ubicadas en todo el perímetro del secadero, se lograba canalizar los vientos y humedades naturales dentro de la sala de secado. Evidentemente, en este sistema, dependíamos siempre de la naturaleza y como ésta, en este sentido no solía ser muy regular, provocaba trastornos y problemas para lograr conseguir un buen trabajo.
Con la invención del frío generado por equipos en forma artificial, se comienza a indagar en la colocación de este tipo de equipamientos para el secado de embutidos. En cuanto a la distribución del aire se vieron 2 tipos de diseños, uno con paredes perforadas y otro con suelo y techo perforados, donde en cada uno de estos casos, el aire entraba por un lado, salía por el otro y así se hacía la distribución del aire en la sala. Con el sistema de paredes perforadas, no se lograba una buena circulación del aire, mientras que con el del piso, si bien se lograba una circulación equivalente, traía como inconveniente la dificultad de circulación de los carros y personal dentro del secadero debido a las perforaciones del piso.
De todas maneras ambos sistemas, fueron catalogados como de baja inducción. El secado era muy lento pero lograba productos de buena calidad.
Con el avance de la tecnología se realizan mediante la utilización de baterías de frío y calor, conjuntamente con programadores lógicos de control, programas que tengan la posibilidad de realizar ciclos ideales para las diferentes etapas del proceso de secado [estufaje y secadero], en cuanto a la distribución de aire, se opta por sistemas de alta inducción, dicha distribución se consigue por medio de conductos y toberas que impulsan el aire dentro de la sala sobre las paredes laterales, de tal manera de que siempre sobre un lado sale aire a mayor velocidad que del otro, con el fin de provocar un punto de choque a nivel del piso y esto logra un barrido del aire hacia arriba [ya que la succión se realiza por el techo], que recorre verticalmente el secadero. Como las velocidades de aire de cada lado van cambiando continuamente provocan que los puntos de choque del aire vayan avanzando, barriendo de un lado a otro todo el ancho del secadero.
Como las condiciones ideales se logran por automatismos y mecanismos, debemos de aislar totalmente la sala de secado, tanto barreras térmicas como barreras de vapor para controlar la humedad y su buen funcionamiento.
El trabajo fundamental del secadero es comenzar la extracción de la humedad en el producto, esta extracción se debe hacer de tal forma que vaya respetando los tiempos de salida de la humedad desde adentro hacia fuera, si no se respetan corremos el riesgo de provocar una deshidratación excesiva superficial y provocar un encostramiento.
El aire saca la humedad del producto por tener menos humedad que el producto y por la acción física del barrido.